Certificación del mezcal es costosa pero necesaria para productores

La certificación del mezcal es costosa debido a las múltiples visitas de los órganos certificadores, que varían en precio según el trabajo realizado.

El proceso de certificación del mezcal, a pesar de su complejidad y costo, es considerado indispensable para garantizar la calidad y el reconocimiento de esta bebida tradicional mexicana. Productores de mezcal resaltan que la certificación no solo asegura un producto de excelencia, también permite acceder a mercados más exigentes.


Determinar el costo preciso de la certificación del mezcal resulta una tarea compleja, debido a que varía según el número de visitas realizadas por el órgano certificador. Cada visita tiene un costo específico, y durante un año pueden requerirse numerosas inspecciones dependiendo del volumen de producción y las etapas del proceso. Esta variabilidad en los costos puede dificultar la planificación financiera para los productores.


A pesar del desafío económico que representa la certificación, se enfatiza su importancia para la imagen y el valor del mezcal. La calidad del producto, directamente relacionada con el cumplimiento de normas y estándares establecidos por los organismos certificadores, se convierte en un factor diferencial en un mercado cada vez más competitivo.


El proceso de certificación implica diversas etapas, desde la inspección de las instalaciones hasta la verificación del manejo de los magueyes y la elaboración del mezcal. El productor precisa que es fundamental contar con una vinata o destiladora certificada, así como con un maestro mezcalero calificado. Además, se requiere cumplir con las normativas fiscales establecidas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y realizar pagos correspondientes a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).


El Centro de Innovación y Desarrollo Agroalimentario de Michoacán (Cidam) en su calidad de organismo certificador, realiza visitas programadas a los productores. Cada visita tiene un costo que puede variar entre 600 y 1,500 pesos, dependiendo del tipo de inspección y las actividades realizadas. Estas visitas son esenciales para garantizar el cumplimiento de los estándares de calidad establecidos.


Para los productores, la certificación representa un gasto recurrente, ya que las visitas se realizan de manera periódica según la producción y las etapas del proceso. La sola certificación puede costar alrededor de 1,500 pesos, pero el costo total aumenta considerablemente con las visitas posteriores a cada etapa, como la apertura de lotes, el envasado y la entrega al mercado.


A pesar de los desafíos económicos, los productores reconocen que la certificación es una inversión necesaria para mejorar la calidad del mezcal, fortalecer su imagen y acceder a mercados más exigentes. La calidad del producto se convierte en un valor agregado que permite obtener mejores precios y posicionarse en el mercado nacional e internacional.


El sello de certificación otorgado por los organismos autorizados actúa como garantía para los consumidores, quienes buscan productos de origen controlado y elaborado bajo estándares de calidad. En este sentido, la certificación se convierte en un elemento clave para asegurar la sostenibilidad del sector mezcalero a largo plazo.

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