El coaching frente a la era de la mentoría personalizada: desafíos y transformación

En cinco años, el coaching tradicional será reemplazado por la mentoría personalizada. Especialistas proponen estrategias de mejora y especialización para fortalecerlo.

El panorama del coaching se encuentra en una encrucijada, con proyecciones que indican una transformación significativa en los próximos cinco años. Esta evolución no solo afecta el término en sí, también plantea desafíos tanto para los coaches como para las instituciones y escuelas dedicadas a su formación.


En un entorno laboral en constante cambio, la necesidad de adaptarse a las demandas del mercado y proporcionar un servicio de calidad se vuelve imperativa, toda vez que en los últimos años, el coaching ha estado bajo la lupa debido a la falta de regulación y la proliferación de casos cuestionables relacionados con su práctica.


Este desgaste ha generado una creciente desconfianza tanto en empresas como en clientes, quienes se muestran reticentes a invertir tiempo y recursos en una práctica que carece de estándares claros. Asimismo, la proliferación de pseudo-profesionales ha contribuido a diluir la percepción del coaching como una disciplina seria y profesional.


La evolución hacia la mentoría

Frente a este escenario, la mentoría se presenta como una alternativa prometedora al coaching tradicional. A diferencia de las corrientes más rígidas, la mentoría ofrece un enfoque más personalizado y orientado a resultados específicos. Las personas buscan respuestas concretas e inmediatas, adaptadas a sus realidades particulares, y la mentoría se posiciona como una herramienta eficaz para satisfacer estas necesidades.


Ante la necesidad de revitalizar la profesión, se proponen diversas estrategias para reposicionar el coaching. Una de las principales recomendaciones es la implementación de una certificación ética, que aporte un marco de referencia claro y transparente para los profesionales del coaching.


Asimismo, se plantea la necesidad de actualizar los programas de formación, incorporando contenido relevante y alineado con las demandas del mercado laboral actual. Otra tendencia que está ganando terreno es la evolución del coaching hacia "especializaciones boutique", desplazando a los profesionales generalistas.


Esta nueva realidad implica la necesidad de adaptarse y diversificar la oferta de servicios, con el objetivo de ser más pertinentes y efectivos en el acompañamiento a los clientes. La especialización no solo permite ofrecer un servicio más focalizado, también contribuye a elevar los estándares del coaching, promoviendo la excelencia en la práctica.


Por último, se destaca la importancia de fortalecer la disciplina del coaching a través de la formación continua, con el fin de evolucionar constantemente, adaptándose a los cambios sociales, tecnológicos y económicos que afectan a las organizaciones y a las personas.


El compromiso ético, por su parte, es fundamental para recuperar la confianza de empresas y clientes, demostrando que el coaching es una disciplina seria y comprometida con el bienestar y el desarrollo humano.

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