Estrés térmico, un desafío silencio en el ámbito laboral

El estrés térmico, causado por la exposición prolongada a altas temperaturas, afecta negativamente la productividad laboral, causando fatiga, dolor de cabeza e incluso riesgos para la salud.

A medida que el planeta se calienta a un ritmo acelerado, los efectos del cambio climático se hacen cada vez más visibles y palpables en diversos aspectos de la vida. Uno de los desafíos más urgentes es el impacto del estrés térmico en el entorno laboral, una amenaza silenciosa que pone en riesgo la salud, el bienestar y la productividad de millones de trabajadores alrededor del mundo.


El estrés térmico se produce por la exposición prolongada a altas temperaturas, un fenómeno que agudiza las dificultades para regular la temperatura corporal. Kaysa Salud y Bienestar refiere que el cuerpo no puede eliminar el exceso de calor, generando fatiga, dolor de cabeza, irritabilidad, mareo, confusión y, en casos graves, hasta pérdida de consciencia. A largo plazo, puede tener consecuencias delicadas para la salud.


Según el informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Los mercados laborales y el cambio climático: ¿Cómo adaptar las políticas laborales y mejorar las oportunidades de empleo?, el estrés térmico se está convirtiendo en un problema más común, con pérdidas significativas en horas de trabajo, empleos y productividad laboral, especialmente para los grupos más vulnerables.


La investigación del BID revela que la productividad disminuye 2% por cada grado Celsius que supera los 25 grados, y una reducción del 9% cuando la temperatura aumenta de 23 °C a 30 °C. Este impacto no solo se limita a sectores como la agricultura, la construcción o las líneas de producción, también puede manifestarse en tareas administrativas y oficinas, convirtiéndose en un desafío para diversos ámbitos laborales.


Riesgos psicosociales: una combinación peligrosa

El estrés térmico puede exacerbarse aún más por la presencia de riesgos psicosociales en el entorno laboral. Jornadas laborales extensas, cargas de trabajo excesivas, liderazgos inadecuados y malas relaciones entre compañeros pueden contribuir a un ambiente laboral más estresante y vulnerable a los efectos negativos del calor.


La combinación de estrés térmico y riesgos psicosociales crea una tormenta perfecta que puede afectar la salud física y mental de los trabajadores, llevando a un estado de agotamiento, ansiedad, irritabilidad y dificultad para concentrarse. Esta situación también puede aumentar la probabilidad de accidentes laborales y disminuir la calidad del trabajo realizado.


Los efectos negativos del estrés térmico pueden clasificarse en psicológico, psicofisiológico y patológico. Los síntomas psicológicos incluyen ansiedad, incomodidad, irritabilidad y disminución de la concentración, mientras que los efectos psicofisiológicos se manifiestan a través del agotamiento físico, aumento de errores, sobrecarga cardiocirculatoria y desequilibrio hidromineral.


En casos más graves, el estrés térmico patológico puede conducir a enfermedades como golpe de calor, deshidratación, erupción cutánea, síncope por calor y calambres. Estos efectos negativos se reflejan en una disminución de la eficiencia y en la calidad del trabajo realizado, afectando tanto al individuo como a la organización.


Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el número de trabajadores expuestos al estrés térmico ha aumentado 66% en las últimas dos décadas, provocando la muerte de 4,200 personas en 2020. La OIT advierte que "el calor excesivo está creando desafíos sin precedentes para los trabajadores de todo el mundo durante todo el año", y enfatiza la necesidad de planes de acción y legislación contra el calor durante todo el año para proteger a empleados.


La lucha contra el estrés térmico en el ámbito laboral requiere un esfuerzo conjunto a nivel global, con políticas públicas que promuevan entornos laborales seguros y saludables, capacitación para trabajadores y empleadores sobre los riesgos del calor, y una mayor colaboración entre expertos para armonizar las evaluaciones de este estrés y las intervenciones en el trabajo.

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