Factura electrónica obligatoria en España: impacto y preparación empresarial
El objetivo es prevenir la morosidad en las relaciones comerciales y aumentar la transparencia en las transacciones de todas las empresas.

La Ley Crea y Crece, en España, fue oficializada el 29 de septiembre de 2022 con la finalidad de promover la constitución de empresas y facilitar la actividad económica en el país.
Una de las principales disposiciones de esta normativa es la implementación obligatoria de la factura electrónica en todas las transacciones comerciales entre empresas y autónomos en España, sin importar su tamaño o sector.
Así, las empresas deberán dotarse de soluciones digitales adecuadas que les permitan generar, almacenar, enviar y recibir facturas electrónicas, cumpliendo con los requisitos técnicos y legales establecidos, incluyendo la interoperabilidad con otros sistemas de facturación electrónica.
La factura electrónica representa una tendencia global irreversible, brindando beneficios significativos al ahorrar tiempo y dinero, así como proporcionar claridad a compradores, vendedores y gobiernos. Además, comparada con otras tecnologías, facilita en gran medida la transición hacia la automatización de procesos.
Plazos de implementación
La obligatoriedad de la factura electrónica se implementará de manera progresiva, estableciéndose dos plazos en función del nivel de facturación de las empresas.
Para aquellas con ingresos superiores a 8 millones de euros (mde), la medida entrará en vigor un año después de la aprobación del reglamento técnico correspondiente. En el caso de las empresas que facturen menos de 8 mde, el plazo será de dos años.
Por lo tanto, la obligación de adoptar la factura electrónica para las empresas más grandes no se proyecta hasta finales de 2025, mientras que para las de menor tamaño se estipula su implementación a más tardar en 2026.
Desafíos para las Pymes
A pesar de la inminente entrada en vigor de esta normativa, las Pequeñas y medianas empresas (Pymes) se presentan como las menos preparadas para su adopción. Un estudio revela que el 79% de éstas considera la facturación electrónica como algo completamente desconocido y un 86% aún no la utiliza en sus transacciones comerciales con otras empresas (B2B).
Este alto grado de desconocimiento es preocupante en el país, ya que cuatro de cada diez Pymes afirman no haber oído nunca hablar de la factura electrónica, y apenas el 28% está al tanto de los detalles relacionados con su obligatoriedad.
Comparativa con la Unión Europea
En el ámbito europeo, el uso de la factura electrónica por parte de las empresas españolas se encuentra ligeramente por encima de la media de la Unión Europea (UE), que se sitúa en un 33%, según el último Índice de Economía y Sociedad Digitales (DESI) de la Comisión Europea, publicado en 2022.
La Comisión destacó en ese momento la expectativa de que España superara rápidamente estos resultados, debido a la inminente entrada en vigor de la Ley Crea y Crece.
La importancia de la digitalización empresarial
En términos generales, la preparación para afrontar los retos futuros está directamente relacionada con el nivel de madurez de una organización. Por ende, las empresas que ya cuentan con una plataforma digital estarán en una posición más favorable para adaptarse al nuevo sistema, lo que permitirá una transición más fluida.
En cambio, aquellas organizaciones que aún operan de manera tradicional o analógica enfrentarán mayores desafíos y deberán acelerar el proceso de digitalización, dejando atrás prácticas obsoletas como el uso de hojas de cálculo y correos electrónicos para la gestión administrativa, lo que representará una carga adicional para el departamento de administración, que ya enfrenta múltiples tareas poco estratégicas, aunque necesarias.