Amenazas arancelarias ponen en riesgo crecimiento económico de EU

A pesar del sólido desempeño económico actual de Estados Unidos, las amenazas arancelarias generan incertidumbre y deterioran las expectativas de crecimiento a futuro.

El panorama económico estadounidense presenta un dilema: mientras que los indicadores "duros” muestran una economía en buen estado, las percepciones y expectativas, reflejadas en los indicadores “suaves”, apuntan a un deterioro significativo. Esta disonancia se debe principalmente a las amenazas arancelarias por parte del gobierno delpaís.


La última medición del Producto Interno Bruto (PIB) evidenció un crecimiento anualizado de 2.3% en el último trimestre del año, superando su nivel potencial. La tasa de desempleo se mantuvo en 4.1%, considerado el pleno empleo o el equilibrio natural del mercado laboral. La producción industrial registró un aumento mensual de 0.7% y la inflación continuó su tendencia a la baja, ubicándose en niveles favorables.


Si solo se consideraran estos datos “duros”, la FED habría optado por reducir su tasa de interés la semana pasada. Sin embargo, los indicadores “suaves”, como el Índice de sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan, revelan una caída considerable en la confianza económica. Este índice se desplomó 57.9% en marzo, cuando hace apenas un año se encontraba en 80%.


Las amenazas arancelarias, como 25% a automóviles y autopartes, han generado incertidumbre y preocupación entre los consumidores e inversionistas. Estos aranceles reducirían la competitividad del país, aumentar el nivel general de precios y afectar negativamente a los exportadores estadounidenses.


La argumentación a favor de los aranceles se basa en la creación de empleos en territorio estadounidense. Sin embargo, con una tasa de desempleo del 4.1%, cualquier expansión adicional del mercado laboral podría ser ineficiente e incluso inflacionaria.


Una desconexión en las políticas

La situación actual evidencia una desconexión entre el desempeño económico positivo y las decisiones políticas que se están adoptando. Si se insiste en medidas proteccionistas, la economía estadounidense podría verse empujada hacia un escenario de menor crecimiento y mayores precios, con un impacto a mediano y largo plazo.


La historia económica demuestra que no existe ningún país que haya alcanzado prosperidad y desarrollo cerrándose al comercio internacional. Aislarse significa renunciar a la posibilidad de ganar competitividad explotando las ventajas comparativas. Las empresas con menos competencia tienden a perder el incentivo a mejorar, y los consumidores terminan pagando más por productos de menor calidad.


En el largo plazo, esto se traduce en menos crecimiento, inversión y capacidad para generar bienestar. Los indicadores “suaves” y los mercados accionarios están enviando una señal clara: el camino de los aranceles no conduce a la prosperidad sostenible, sino que representa una amenaza real a las expectativas de crecimiento económico.

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