Debido a sequía, México sería mayor importador de maíz del planeta
La iniciativa del gobierno federal que busca garantizar la conservación y protección de los maíces nativos, prohibiendo el uso de cultivos y semillas transgénicas en su producción, no es lo mejor para México.

México enfrenta un panorama complicado en el ámbito de la producción y el comercio de maíz. Factores como la sequía han impactado de manera alarmante la producción de este insumo histórico, lo que coloca al país en una situación complicada si ocurre una "guerra comercial con Estados".
En este contexto, la iniciativa presentada por Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México, con la cual se busca reformar los artículos 4 y 27 de la Constitución Política para garantizar la conservación y protección de los maíces nativos, prohibiendo el uso de cultivos y semillas transgénicas en su producción, no es lo mejor.
El economista Antonio Ochoa, refiere que debido a la falta de evidencia, no es posible asegurar que el maíz mejorado genéticamente tiene relación nociva con la salud humana. Y aunque es necesario conservar los maíses originales, que son un patrimonio de la humanidad, esto no evitaría que México importe maíz.
"México tiene problemas serios y reales que atender, la sequía ha limitado la producción de maíz a niveles alarmantes. México será el mayor importador de maíz del planeta en estas líneas y el presente año tenemos el riesgo de ser deficitarios en la producción de maíz blanco", expone Ochoa en un espacio en El Economista.
A estos desafíos se añade la amenaza de imponer aranceles por parte de Estados Unidos a los productos fabricados en México y que se envíen a la nación norteamericana, aunque el especialista recalca que este movimiento de parte del gobierno estadunidense está relacionado con el tráfico de drogas y el tema migratorio.
Mientras tanto, Donald Trump afirmó este viernes que “impondremos aranceles a Canadá y México por varias razones. La primera es la cantidad masiva de personas que han ingresado ilegalmente a nuestro país. La segunda, las drogas como el fentanilo que inundan nuestras comunidades. Y la tercera, los enormes subsidios que les damos en forma de déficit comercial”.