Finanzas estatales en México reflejan fragilidad
La CDMX y Baja California Sur lideran en solidez, mientras Coahuila y Nuevo León tienen deuda e ingresos limitados; preocupa alta dependencia de transferencias federales.

Si bien algunas entidades federativas en México cuentan con una sólida estructura financiera, otras enfrentan serias dificultades que ponen en riesgo su sostenibilidad a largo plazo. Diversos indicadores revelan la fragilidad financiera de ciertas estados del país.
Por ejemplo, la dependencia excesiva de las transferencias federales es un factor crítico, ya que en promedio los estados dependen 86% de estas aportaciones. Guerrero, Oaxaca y Morelos son los más vulnerables, con una dependencia del 97, 95 y 93%, respectivamente.
Esta situación implica que sin las transferencias federales, estas entidades no podrían operar, pues su recaudación por ingresos propios es mínima contra el gasto que ejercen. Esta dependencia genera incertidumbre, especialmente cuando se prevé una reducción en las transferencias, según el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
Se estima una disminución de 1.2% en las transferencias federales, con un impacto aún mayor en las aportaciones federales (4.6% en términos reales). En este contexto, la Ciudad de México (CDMX), Chihuahua y Quintana Roo se encontrarían menos afectadas, debido a su menor dependencia de las transferencias federales.
El análisis de Yamileth Montaño Trujillo en elpopular.mx, sobre el endeudamiento también arroja luces sobre la situación financiera de las entidades de México. Tlaxcala ocupa el mejor lugar en este aspecto, debido a su regulación que le impide endeudarse.
Sin embargo, al excluir este caso atípico, Querétaro destaca por sus registros favorables en indicadores como deuda como porcentaje del PIB, deuda pública per cápita y deuda como porcentaje de los ingresos de libre disposición. Por otro lado, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León presentan las peores cifras en estas variables.
El gasto de las entidades federativas está estrechamente relacionado con sus ingresos, ya sean propios, transferencias federales o producto del endeudamiento. Chiapas tiene una alta dependencia de las transferencias federales (88%) y registra el mayor gasto como porcentaje del PIB (28%). En contraste, Campeche presenta el menor gasto, con 5% del PIB.
Al considerar ingreso, deuda y gasto, CDMX y Baja California Sur tienen las finanzas públicas más sanas, mientras que Coahuila y Nuevo León presentan la mayor fragilidad financiera. CDMX destaca por su menor dependencia de las transferencias federales; para Coahuila, la principal preocupación reside en reducir sus niveles de deuda, que exceden 20% los ingresos de libre disposición de la entidad.
Si bien cada entidad enfrenta desafíos específicos, todas comparten el problema de la baja recaudación y la alta dependencia de las transferencias federales. Este panorama exige un diálogo entre las entidades federativas y la federación para plantear posibles modificaciones al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal (SNCF).
Una de las prioridades es abordar las limitaciones legales que afectan la capacidad de las entidades para recaudar impuestos. Si bien algunos estados y municipios no aprovechan en su totalidad las facultades impositivas actuales, otros enfrentan restricciones para establecer nuevos impuestos, lo que limita su recaudación.
En última instancia, los estados deben evitar comprometer su estabilidad financiera con cargas insostenibles. Cuando la deuda supera los ingresos de libre disposición, se corren riesgos de endeudamiento excesivo que limitan la capacidad de los gobiernos para atender áreas prioritarias como seguridad, salud e infraestructura.