¿Qué implica el nuevo esquema cambiario en Argentina?
Argentina implementa un nuevo esquema cambiario, eliminando el cepo y el dólar blend, lo que impulsaría las exportaciones pero también generaría una inflación.

El anuncio del nuevo esquema cambiario en Argentina ha generado una serie de reacciones en el mercado. Si bien economistas han expresado un desacuerdo con la implementación de bandas cambiarias y la devaluación, el gobierno decidió avanzar con esta medida, desmantelando el cepo y estableciendo un sistema entre $1,000 y $1,400 para la venta de dólares obtenidos a través del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La eliminación del dólar blend, una exigencia del FMI, implica que las exportaciones se liquidarán completamente por el dólar oficial, generando incertidumbre sobre su cotización a futuro. Para que el nuevo esquema sea beneficioso para los exportadores, la tasa debería superar los $1,096, nivel actual del dólar oficial.
Para los importadores, se modificaron los plazos de pago. Los operadores podrán pagar desde el día del registro de la importación, en lugar de 30 días después. Empresas con certificado Micro pequeñas y medianas empresas (Mipyme) podrán pagar desde la fecha del embarque en origen, hasta 50 días antes de la importación.
Para los ciudadanos, se eliminó el límite para la compra de dólares y el impuesto que encarecía ese acceso. Sin embargo, la carga impositiva sigue vigente para compras con tarjetas y turismo, donde se han registrado más de 2,000 millones de dólares por mes en enero y febrero. El llamado dólar “tarjeta” podría llegar a $1,820.
Si el dólar abre el lunes por arriba del nivel actual, se consideraría una devaluación, mejorando el tipo de cambio para los exportadores afectados por un tipo de cambio atrasado. Esta situación podría aumentar las liquidaciones y exportaciones a mediano plazo.
Un tipo de cambio más alto mejora la competitividad y los precios internos de los productos argentinos exportados, como carne, maíz, trigo, vino y miel. Sin embargo, históricamente, las devaluaciones han estado acompañadas por un salto inflacionario. El anuncio del nuevo esquema coincide con un índice inflacionario del 3.7% para marzo, marcando una tendencia ascendente.
Un dólar más cercano a $1,400 puede motivar la liquidación de dólares del agro y la venta de soja retenida. En el caso de las importaciones, mantener el dólar en ese valor no representaría un cambio significativo para muchas empresas que ya importaban a un valor similar al dólar MEP.
El contexto internacional marca una guerra comercial persistente entre Estados Unidos y China, con previsiones de caída en el comercio global y debilitamiento de exportaciones e importaciones. El peor escenario era mantener un dólar atrasado, mientras China necesita vender sus excedentes que ya no puede comercializar en Estados Unidos.
La reacción del mercado será clave en la próxima semana. Salir del cepo es esencial para normalizar la economía. La flexibilización del esquema cambiario y la mejora del tipo de cambio serán acciones con más inflación y un impacto en el bolsillo de los ciudadanos. El resultado final dependerá de otros factores, como el escenario global, mantener los superávits y las reacciones del mercado.