Generación limpia en México retrocede, alejándose de metas climáticas

La generación de energía limpia en México disminuyó del 26.4% al 24% en el primer trimestre de 2025, desviándose de los compromisos climáticos.

México enfrenta un reto en la búsqueda de una sostenibilidad energética real. Pese a haber establecido objetivos ambiciosos para aumentar la generación de energía limpia, un informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) revela una disminución en la participación de fuentes renovables en la matriz energética del país.


Según datos del Monitor energético del IMCO, la generación de energía limpia cayó de 26.4% en el primer trimestre de 2021 al 24% en el mismo periodo de 2025. Esta reducción aleja a México de sus compromisos climáticos tanto a nivel internacional como nacional.


Durante el primer trimestre de 2025, se generaron 18.9 TWh de electricidad a partir de fuentes limpias, lo que representa 24% del total, mientras que las fuentes fósiles aportaron 76%, equivalente a 59.7 TWh. Estos números evidencian la dependencia continua del país en combustibles fósiles.


La cifra actual de generación eléctrica a partir de fuentes limpias se encuentra 11% por debajo de la meta de 35% para 2024, estipulada en el Acuerdo de París y en la Ley de Transición Energética. En comparación con marzo de 2024, se registra un crecimiento de 2.3% anual en la generación de energía en marzo de 2025.


Sin embargo, este crecimiento es insuficiente para compensar la disminución en la participación de las energías limpias. Ante este panorama, México debe acelerar la transición hacia una matriz energética más sostenible. A nivel internacional, México está comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en 35% para 2030.


La generación limpia desempeña un papel crucial en el cumplimiento de este objetivo y en la construcción de un futuro más sostenible. A nivel interno, es imperativo aumentar la inversión en tecnologías renovables, implementar políticas que fomenten la eficiencia energética y promover un cambio cultural hacia un consumo responsable.


Además, la generación de energía limpia también tiene el potencial de generar empleos verdes, mejorar la calidad del aire y reducir la dependencia de combustibles fósiles. Estos beneficios económicos y sociales fortalecen la importancia de avanzar hacia un sistema energético más sostenible.

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