La transición energética como política de Estado en Latinoamérica

La transición energética es esencial para el desarrollo sostenible en la región latinoamericana, destacando Chile y Brasil; México tiene retos.

La transformación energética en Latinoamérica se presenta como una estrategia vital para la construcción de un futuro más sostenible. En este contexto, destacan tres países de la región con iniciativas para que sus naciones transiten hacía energías alternativas.


Chile, por ejemplo, se perfila como un líder en la adopción de energías renovables, destacando en la generación solar y eólica. Esta trayectoria se erige como un ejemplo de compromiso con la diversificación energética y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles.


Brasil ha mantenido una continuidad en sus políticas energéticas, evidenciando cómo la diversificación de la matriz energética puede contribuir a la sostenibilidad a largo plazo. Resalta la importancia de implementar medidas que trasciendan los cambios gubernamentales, consolidando una plataforma sólida para el desarrollo energético.


En México, la adopción de energías renovables se convierte en una urgencia ineludible, dado la actual dependencia de combustibles fósiles. La participación activa del sector privado, así como la incorporación de tecnologías emergentes, son elementos cruciales para impulsar esta transición de manera efectiva.


Es imperativo que la transformación energética se establezca como una política de Estado, garantizando así la continuidad de los proyectos y atrayendo las inversiones necesarias para avanzar hacia un futuro sostenible.


Y se avizora un avance con el Plan Nacional de Energía de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que incluye la adiciónde capacidad eléctrica y la posibilidad de que empresas privadas eleven su participación en la generación en el país, pero con renovables.

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