Virginia, EU, albergará planta de fusión nuclear comercial; estará lista en 2030
En la próxima década, se espera que una planta de fusión nuclear en Virginia genere 400 MWe para 150,000 hogares, marcando un hito energético.

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de Commonwealth Fusion Systems (CFS), en Estados Unidos, han dado un importante paso hacia el futuro de la energía nuclear con la promesa de la construcción de la primera planta comercial de fusión nuclear.
Esta central será capaz de generar 400 MWe, lo que se traduce en la capacidad de abastecer a 150,000 hogares, convirtiéndose en una fuente de energía potencialmente transformadora. Ubicada en el condado de Chesterfield en Virginia, dará un paso significativo hacia una nueva era en la producción de energía limpia y sostenible.
Una nueva era para la energía de fusión
La central eléctrica que está en vías de construirse es considerada un hito en el campo de la energía de fusión. La compañía CFS, originada por investigadores del MIT, se encuentra en la fase de desarrollo del reactor de fusión nuclear experimental SPARC (Small Plasma Accelerator and Reactor Compact). El reactor integrará tecnología de vanguardia y principios científicos avanzados.
Voceros del CFS mencionaron que proyecto representa un hito histórico, y anticiparon que a principios de la próxima década, las miradas estarán puestas en el condado de Chesterfield, Virginia, donde emergera la energía de fusión comercial.
Innovaciones en el reactor SPARC
El reactor SPARC empleará el confinamiento magnético de los núcleos de deuterio y tritio, el combustible utilizado en esta reacción, dentro de un reactor de tipo tokamak. Esta infraestructura será equipada con imanes superconductores de alta potencia que controlarán las turbulencias que tienden a desestabilizar el plasma.
Una característica destacable de SPARC es la eficiencia de los imanes, que requieren significativamente menos energía para generar el campo magnético que confina el plasma en comparación con otros motores magnéticos, como el utilizado en ITER. Esta particularidad permitirá que SPARC logre un balance energético positivo, representando un avance significativo en la eficiencia y sostenibilidad de la producción de energía nuclear.