Bélgica construye isla artificial de 3.5 GW para 3 millones de hogares

Isla Princesa Elisabeth será un hub interconectado y refugio de fauna marina, y se prevé que esté finalizada en el 2027.

Bélgica está llevando a cabo la construcción de la primera isla artificial dedicada a la energía eólica, con una capacidad de 3.5 gigavatios (GW) ubicada a aproximadamente 45 kilómetros de la costa belga.


El innovador proyecto, llamado Isla Princesa Elisabeth, estará concluido al finalizar el año 2027, además, está proyectado para distribuir energía eólica a más de 3 millones de hogares, marcando una transformación significativa en la matriz energética de Bélgica.


Y además de su función principal de distribuir energía eólica, también actuará como un hub para futuras interconexiones entre Reino Unido y Europa, constituyendo un punto estratégico para el intercambio de energía limpia.



Conservación marina y hábitats artificiales

Un aspecto destacado de este proyecto es su aporte a la conservación marina: los cimientos del islote estarán recubiertos de paneles en relieve, diseñados para atraer algas, crustáceos y otros invertebrados marinos que buscan superficies sólidas para adherirse.


Este diseño busca fomentar la formación de un arrecife biogénico, promoviendo los ecosistemas marinos y proporcionando refugio y alimento a peces pequeños. Un enfoque que subraya el compromiso del proyecto con la sostenibilidad y la preservación del entorno natural.



Beneficios para la sostenibilidad y la biodiversidad

Además de su función energética y medioambiental, Isla Princesa Elisabeth contempla la construcción de tres repisas en el muro de contención, concebidas como hábitats artificiales para la reproducción de la gaviota tridáctila, una especie en situación vulnerable.


Esta iniciativa, en colaboración con expertos y organizaciones dedicadas a la protección de la vida marina, resalta la importancia de integrar la biodiversidad en proyectos de infraestructura energética.


Cabe resaltar que el proyecto también representa un paso significativo hacia la reducción de la dependencia de Bélgica de los combustibles fósiles, al mismo tiempo que contribuye a la preservación de ecosistemas marinos y a la protección de especies vulnerables.

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