Muy costoso utilizar el fracking en México, dicen especialistas
A pesar de las preocupaciones sobre el abasto de gas, México posee reservas significativas de este recurso, pero depende de importaciones.

A pesar de las preocupaciones sobre el abasto de gas en el país, es fundamental reconocer que México posee reservas significativas de este recurso. Sin embargo, la nación enfrenta el reto de depender de importaciones masivas desde Estados Unidos, lo que genera un costo considerable.
El Clúster Energético de Nuevo León enfatizó la necesidad apremiante de abordar el desabasto de gas, que afecta gravemente el desarrollo energético y económico del país. Con un consumo diario de 9.3 millones de pies cúbicos, y reservas que solo alcanzan para cuatro años, la situación requiere atención inmediata.
La técnica de fracturación hidráulica se presenta como una opción para aprovechar el potencial gasífero del país, y aunque sigue siendo rechazada por el gobierno mexicano y Petróleos Mexicanos (Pemex), dentro de las acciones estratégicas de Pemex Exploración y Producción (PEP) para el periodo 2024-2030, se ha planteado la posibilidad de reevaluar el desarrollo de campos no convencionales.
Los datos indican que la Cuenca de Burgos, situada en la frontera de Tamaulipas, posee un gran potencial de recursos no convencionales. De acuerdo con la Secretaría de Energía local, cuenta con un 32% de los recursos de hidrocarburos en yacimientos no convencionales a nivel nacional.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) reportó que entre 1994 y 2016, se perforaron 2,734 pozos con fracking en Tamaulipas, sin que se hayan realizado nuevas perforaciones con esta técnica desde entonces, de acuerdo con una publicación de El Sol de Tamaulipas.
Una investigación de la organización CartoCrítica, avalada por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) estimó que en cuatro de las cinco regiones de México con potencial para extraer recursos petroleros no convencionales mediante fracking, se tiene un potencial de perforación de más de 14,543 nuevos pozos.
Sin embargo, refiere que la fracturación de cada pozo requiere 4,000 pipas de 10,000 litros de agua, por lo que se necesitan más de 470,000 millones de litros para llevar a cabo dicha práctica en una región donde hay niveles críticos de disponibilidad de agua.
Las cuatro regiones en riesgo son Sabinas y Burro-Picachos, ubicadas en Coahuila y Nuevo León; Burgos, entre Nuevo León y Tamaulipas y la región de Tampico-Misantla, ubicada en Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí, donde se prevé que, si los proyectos de fracturación hidráulica se pusieran en marcha, no tendrían agua para operar y afectaría el abasto para consumo humano, publicó Milenio.