AIE reduce previsiones de demanda de petróleo para 2025 y 2026

A pesar de la caída en el precio del petróleo, la demanda mundial se prevé menor en 2025 y 2026 debido a condiciones económicas menos favorables y la guerra arancelaria.

El panorama global del petróleo se encuentra en constante evolución, marcado por factores económicos complejos y decisiones estratégicas de los principales actores internacionales. La demanda de petróleo presenta un escenario incierto con perspectivas que apuntan a un crecimiento modesto en los próximos años.


En su último informe mensual, la Agencia Internacional de Energía (AIE) ha revisado a la baja sus previsiones sobre la demanda de petróleo para 2025 y 2026. Si bien se anticipa un aumento en el consumo global, será menor al inicialmente estimado debido a una combinación de factores económicos, comerciales y geopolíticos.


La AIE señala que el impacto de las tensiones comerciales, como la guerra arancelaria impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump, tendrá un efecto significativo en la demanda de crudo, motor fundamental de la economía, especialmente en Estados Unidos y China.


El crecimiento menor económico de China, uno de los mayores consumidores de petróleo a nivel mundial, jugará un papel crucial en la evolución de la demanda. Un enfriamiento del ritmo de expansión económica en el gigante asiático afectaría negativamente al consumo de crudo, impactando las previsiones globales.


A pesar de las incertidumbres económicas, se espera que el aumento de la demanda de petróleo en 2026 provenga principalmente de las economías asiáticas. Esta región, con una creciente población y un desarrollo económico acelerado, seguirá siendo un motor importante para la demanda global de energía.


La volatilidad del mercado petrolero se ha intensificado en las últimas semanas debido a la incertidumbre económica, las decisiones de producción de la OPEP+ y la fluctucación de los precios en el mercado de futuros. La caída del precio del barril de petróleo por debajo de los 60 dólares, un mínimo en cuatro años, refleja la presión sobre los ingresos de las compañías petroleras y sus desafíos para mantener la rentabilidad.


La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados han implementado recortes voluntarios de producción desde noviembre de 2023 para estabilizar el mercado petrolero. Sin embargo, las decisiones recientes del grupo para triplicar el objetivo de incrementos de producción para mayo han generado incertidumbre sobre el futuro equilibrio del mercado.


La rentabilidad de muchas compañías petroleras se ve amenazada por la baja en los precios del crudo. Algunas empresas, como las que operan en las explotaciones de esquisto en Estados Unidos, han advertido que necesitan al menos 65 dólares por barril para poder perforar nuevos pozos, lo que indica la presión sobre sus márgenes de ganancia.

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