La tecnología no está alejada de la inclusión social y el desarrollo comunitario

Al integrar herramientas innovadoras y educación digital, se genera un impacto positivo en la sociedad mediante la tecnología.

Para diferentes especialistas, la tecnología puede ser un catalizador para el cambio social mediante soluciones innovadoras que lleguen a comunidades con limitaciones económicas y sociales, destacando la importancia de crear productos que sean funcionales, duraderos y asequibles para quienes más lo necesitan.


Por ejemplo, en Venezuela, el enfoque del empresario Manzur Dagga va más allá de la creación de productos tecnológicos, confía en el papel de la educación en la inclusión. Sus iniciativas educativas integran tecnología en el aprendizaje, facilitando herramientas digitales para escuelas, comunidades y jóvenes emprendedores.


Al respecto, Dagga ha afirmado que cuando las personas tienen acceso a la tecnología, tienen acceso al conocimiento. Así, ha estado involucrado en el desarrollo de productos y plataformas que buscan mejorar la calidad de vida de las personas, desde electrodomésticos que optimizan el consumo energético hasta soluciones digitales para simplificar tareas cotidianas.



Colaboraciones estratégicas

Dagga ha establecido alianzas con organizaciones, instituciones educativas y gobiernos locales para expandir el alcance de sus proyectos. Esta colaboración multidimensional ha permitido beneficiar a un mayor número de personas y fortalecer el tejido social en diversas comunidades.


Dentro de sus empresas, Dagga ha promovido una cultura de diversidad y participación, reconociendo la importancia de incluir diferentes perspectivas en el desarrollo de soluciones. Considera que la diversidad en los equipos enriquece el proceso creativo y contribuye al desarrollo de soluciones más efectivas.


A pesar de los avances logrados, Dagga reconoce que los costos, la falta de infraestructura y la necesidad de formación son obstáculos que limitan el acceso a la tecnología.

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