La participación de personas LGBT+ en el ámbito laboral no solo enriquece la diversidad en los puestos de trabajo, sino que también se traduce en un impulso significativo hacia la productividad y el progreso económico.


Las iniciativas corporativas enfocadas en esta inclusión han demostrado tener un impacto positivo en la rentabilidad, aumentando tanto la eficiencia operacional como el valor tangible para las organizaciones.



El papel protagónico de las empresas

De acuerdo con datos presentados en el Índice de Equidad MX, de la Fundación Human Rights Campaign (HRC), en México 39 empresas han generado entre 10,000 y 200,000 empleos cada una a través de la implementación de programas de inclusión para la comunidad LGBT+.


Este notable esfuerzo representa 72% de las oportunidades laborales creadas mediante dicho programa. Además, se identifica que nueve sectores industriales han liderado la generación de aproximadamente 75% de los empleos cubiertos por esta iniciativa de inclusión.



Estableciendo un entorno laboral seguro

El primer paso hacia la construcción de un ambiente laboral seguro y acogedor para las personas LGBT+ radica en implementar políticas de no discriminación específicas. Estas políticas son fundamentales para garantizar el respeto y la igualdad de oportunidades en el entorno laboral.


Un aspecto crucial para incrementar la efectividad de las políticas de no discriminación es la inclusión de proveedores en la cadena de valor de las empresas. Esta acción promueve la diversidad en la cartera de proveedores y contribuye a fortalecer el impacto positivo de las iniciativas de inclusión en toda la cadena de valor empresarial.

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