Neurodiversidad, inclusión laboral y justicia cognitiva

La neurodiversidad, aunque ignorada, posee talentos únicos, por lo que cambiar la percepción sobre esta condición en el trabajo beneficia a empresas y a la sociedad en general.

El término diversidad (e inclusión) a menudo evoca imágenes relacionadas con aspectos como género, raza o discapacidad física. Sin embargo, el verdadero sentido de la diversidad radica en la apreciación de la singularidad de cada cerebro.


En este sentido, la neurodiversidad se refiere a aquellos cerebros que se desarrollan o funcionan de manera diferente, y en lugar de considerar estas diferencias como patologías, el enfoque de este marco paradigmático las celebra como parte integral de la naturaleza humana.


La neurodiversidad abarca toda variación natural en el funcionamiento cerebral, incluyendo condiciones como el autismo, el TDAH, la dislexia, entre muchas otras diferencias neurológicas.


Y aunque estas condiciones a menudo son vistas como desafíos o incluso como enfermedades, también están asociadas con habilidades únicas, como la capacidad extraordinaria para reconocer patrones, pensar creativamente y abordar problemas desde perspectivas innovadoras.


Na pesar de estas fortalezas, el potencial de las personas neurodivergentes a menudo es subestimado en el ámbito laboral, debido a prejuicios, procesos de contratación obsoletos y falta de educación sobre el tema.


Desafiando los modelos tradicionales en el trabajo

Desde una perspectiva laboral, reconocer la neurodiversidad desafía las concepciones tradicionales sobre lo que significa ser un colaborador "ideal".


Durante mucho tiempo, las organizaciones han pasado por alto las habilidades excepcionales de una población que no se ajusta a estándares preconcebidos, como la persuasión, el carisma o las habilidades de comunicación típicas.


No obstante, en roles específicos, como el análisis de datos, la ciberseguridad o el desarrollo de software, estas características son irrelevantes en comparación con la capacidad de resolver problemas complejos de una manera única.


Las características de las personas neurodivergentes, percibidas como obstáculos, como la sensibilidad sensorial, la hiperfijación o las diferencias en la regulación emocional y social, pueden, desde un enfoque centrado en las fortalezas, convertirse en ventajas competitivas en el ámbito laboral.


Rediseñando estructuras para el florecimiento individual

Reconocer y valorar las diferencias individuales es un paso crucial para permitir que cada persona tenga la oportunidad de florecer en su entorno laboral.


Implica un cambio en la forma en que diseñamos nuestras estructuras y procesos, creando espacios inclusivos que fomenten el desarrollo y el bienestar de todos los colaboradores.


Cuando se deja de ignorar y se celebra las diferencias, se empodera a las personas y enriquecen las organizaciones y comunidades y, en última instancia, a la sociedad en su conjunto.

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