Desafíos para construir un sistema de salud inclusivo en México
El sistema de salud en México enfrenta desafíos de inclusión, corrupción y desigualdad, buscando crear un enfoque equitativo en el acceso a servicios médicos.

El sistema de salud en México, específicamente el régimen obligatorio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), ha enfrentado serios desafíos en su objetivo de proporcionar atención médica equitativa y accesible.
A pesar de su diseño teórico incluyente, en la práctica han perpetuado estructuras extractivas que han dejado sin atención a millones de mexicano. Uno de los aspectos más preocupantes de los sistemas de salud mencionados es su financiamiento tripartito y sectorial, el cual excluye a una gran parte de la población que no cuenta con un empleo formal.
Esta situación no solo ha perpetuado desigualdades en el acceso a la atención médica, sino que también ha generado desigualdades en la calidad de la misma, dependiendo de la región geográfica en la que se encuentre cada individuo, de acuerdo con una publicación de El Heraldo de México.
Además, los sistemas de salud han sido marcados por problemas estructurales como la corrupción, la ineficiencia, los tiempos prolongados de espera y el desabasto crónico de medicamentos. Estas deficiencias han excluido a quienes más lo necesitan y han perpetuado una lógica extractiva en la que los beneficios no son iguales para todos los usuarios.
Fracasos en la implementación de políticas de salud inclusivas
El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), creado durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, tenía la promesa de universalizar la salud en el país y romper con la fragmentación de los sistemas de atención médica.
No obstante, su fracaso en la implementación lo convirtió en una institución más que, a pesar de buscar ser inclusiva, quedó atrapada en las dinámicas extractivas. El desabasto constante de medicamentos y la falta de infraestructura adecuada continuaron siendo una realidad, lo que agravó las desigualdades en el acceso a la atención médica en México.
Nueva oportunidad de inclusión en la atención médica
Con la creación de IMSS-Bienestar, bajo la administración de Claudia Sheinbaum, México tiene la oportunidad de implementar un sistema de salud inclusivo que abarque a la población que no cuenta con seguridad social.
Sin embargo, es fundamental asegurar que este nuevo sistema no solo se limite a la construcción de más hospitales y clínicas, sino que también garantice la disponibilidad de personal capacitado, equipos adecuados, suministro constante de medicamentos y una atención primaria efectiva, acompañada de participación comunitaria real.
La importancia de un sistema de salud inclusivo no se restringe al ámbito social, ya que también tiene profundas implicaciones económicas. Un acceso equitativo a los servicios médicos mejora la calidad de vida de la población, también impulsa la productividad laboral, reduce el ausentismo por enfermedad y libera recursos económicos que, de otro modo, serían destinados a la atención privada. Un sistema de salud que funcione adecuadamente contribuye, por tanto, al desarrollo económico a largo plazo.
Romper con las dinámicas extractivas del pasado
Es imperativo que el IMSS-Bienestar demuestre su capacidad para romper con las dinámicas extractivas que han caracterizado a los sistemas de salud en el pasado. Es fundamental garantizar que los recursos y servicios de atención médica estén al alcance de todos los mexicanos, independientemente de su situación laboral o su ubicación geográfica.
La transformación del IMSS ordinario y el ISSSTE en instituciones inclusivas debe ser una prioridad en la agenda de la actual administración. Además de transformar los sistemas de salud existentes, es esencial recuperar la rectoría de la Secretaría de Salud para unificar todas las instituciones involucradas en la atención médica en el país.
Esta unificación simplificaría la administración de los servicios de salud, también permitiría una mejor distribución de recursos y una planificación más eficiente de las políticas de atención médica.