Empresas privadas deben liderar ESG para redefinir la sostenibilidad

Las empresas privadas deben liderar el Environmental, Social and Governance, transformándolo en una estrategia competitiva de largo plazo y comunicarlo eficazmente.

Por muchos años, el ESG (Environmental, Social and Governance) acaparó la atención de las empresas públicas, impulsadas en gran medida por regulaciones, inversionistas y la presión del mercado. Sin embargo, este enfoque ha demostrado ser vulnerable ante diversas circunstancias.


Actualmente, los líderes empresariales han moderado su compromiso con la sostenibilidad, convirtiendo el ESG de un terreno prometedor a uno incierto, donde las prioridades a corto plazo son protagonistas. Así, las empresas privadas tienen la oportunidad de asumir el liderazgo real y redefinir la sostenibilidad como una estrategia competitiva a largo plazo.


La inflación, el crecimiento económico incierto, la Inteligencia Artificial y la incertidumbre geopolítica se han convertido en las principales preocupaciones a nivel global para los directivos. Contexto en el que 30% de las empresas enfrenta dificultades para lograr sus objetivos de reducción de emisiones de Alcance 1 y 2, y casi 50% se encuentra rezagado en sus metas de Alcance 3.


Las regulaciones y los retos financieros han propiciado que las empresas públicas se enfoquen en cumplir con las normas, olvidando utilizar ESG como una herramienta de diferenciación estratégica. Este fenómeno es crucial, ya que la capacidad de las empresas listadas en Bolsa para adoptar un enfoque sostenible a largo plazo se ve limitada por la presión constante de inversionistas y reguladores, quienes exigen resultados inmediatos.


A diferencia de las empresas públicas, las privadas tienen la flexibilidad y la capacidad de innovar sin estar sujetas a la misma presión regulatoria ni a la volatilidad de los inversionistas. Sin embargo, muchas de ellas han seguido la narrativa del “compliance” y el “reporting” en ESG, en lugar de aprovechar su libertad para generar un verdadero valor competitivo.


Ventaja de las empresas privadas en el liderazgo ESG

A pesar de los desafíos, los datos indican que las empresas privadas tienen una ventaja significativa para liderar en el ESG. Según KPMG, 31% de los CEOs de empresas privadas consideran que el mayor impacto de su estrategia ESG en los próximos tres años estará en la construcción de relaciones con los clientes y la percepción de marca.


Además, 71% ha mantenido la misma estrategia ESG, pero ha adaptado su comunicación para alinearse con las expectativas cambiantes de sus stakeholders. Otro dato relevante es que 74% de los CEOs de empresas privadas estarían dispuestos a deshacerse de una parte rentable del negocio si esta dañara la reputación de la empresa.


Esta disposición demuestra un enfoque proactivo hacia la sostenibilidad. Por otro lado, uno de cada tres CEOs globales informó que sus inversiones en ESG han generado un aumento en ingresos, lo que sugiere que la sostenibilidad puede ser una ventaja competitiva si se ejecuta correctamente.


Replanteando la Narrativa sobre ESG

La conversación en torno al ESG ha estado dominada por actores financieros, empresas públicas y Bolsas de valores, quienes, aunque promovían agendas por el planeta, en realidad se centraban en aspectos de gestión de riesgos y cumplimiento normativo.


Esta perspectiva ha limitado la percepción de ESG como una carga en lugar de como una ventaja. En este sentido, es fundamental que las empresas privadas asuman un papel más proactivo en la redefinición de la narrativa alrededor del ESG, destacando su potencial como un motor de innovación y competitividad.


Esta transformación implica entender el ESG como una estrategia integral de negocios. Para ello, es necesario reconocer el cambio en el mercado y las oportunidades que se presentan para las empresas privadas en este ámbito. Las estrategias ESG deben alinearse con la propuesta de valor del negocio.


Las empresas que logran diferenciarse en ESG generan confianza al mostrar transparencia en sus avances y retos. Comunicar de manera efectiva cómo la sostenibilidad impulsa la competitividad es esencial para contrarrestar el escepticismo creciente en torno al ESG.

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