UE establece nuevas normas de diseño ecológico para productos
La intención es asegurar que los productos sean sostenibles, duraderos y respetuosos con el medio ambiente en toda la comunidad europea.

La Unión Europea (UE) ha implementado nuevas normas de diseño ecológico que buscan garantizar que la mayoría de los bienes disponibles en la comunidad sean sostenibles, duraderos y respetuosos con el medio ambiente.
El diseño ecológico se refiere a la integración de consideraciones ambientales en el desarrollo de productos, con el objetivo de minimizar su impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida.
Hasta ahora, los fabricantes de la UE estaban sujetos a normas de diseño ecológico para productos relacionados con la energía, como calefactores, frigoríficos, aspiradoras y ordenadores. Estas normas han ayudado a reducir el consumo de energía y los efectos negativos en el medio ambiente durante la fase de diseño.
Sin embargo, la UE ha dado un paso significativo al ampliar estas normas a casi todos los productos del mercado. Esta iniciativa busca garantizar que los productos sean no solo eficientes desde el punto de vista energético, sino también duraderos, reparables y reciclables.
La aprobación del nuevo reglamento
En abril de 2024, el Parlamento Europeo aprobó un acuerdo alcanzado con el Consejo sobre un nuevo reglamento de diseño ecológico que amplía considerablemente el ámbito de productos afectados.
Estas nuevas normas establecerán requisitos mínimos de durabilidad, reparabilidad, eficiencia energética y reciclaje, y abordarán las prácticas de obsolescencia prematura. Esto significa que los productos no deberán perder su funcionalidad debido a su diseño, a la falta de disponibilidad de piezas de repuesto o a la falta de actualizaciones de software.
Productos con gran impacto ambiental
El Parlamento Europeo ha priorizado la implementación de estos requisitos de diseño ecológico para productos que generan un gran impacto en el medio ambiente, como el hierro, el acero, el aluminio, los textiles, los muebles, los neumáticos, los detergentes, las pinturas y los productos químicos.
Los nuevos estándares también introducen la obligación de que los productos vayan acompañados de un Pasaporte Digital de Producto. Este pasaporte proporcionará a los consumidores toda la información pertinente sobre el producto, lo que les permitirá tomar decisiones informadas al momento de realizar sus compras.
Además, esta información será accesible en un portal web gestionado por la Comisión, lo que facilitará la comparación de datos entre diferentes productos y beneficiará a los consumidores en su proceso de toma de decisiones.
Frustrar la destrucción de productos no vendidos
Las nuevas normas también tienen como objetivo frenar la destrucción de productos no vendidos, lo que representa un despilfarro de recursos económicos y un problema medioambiental significativo.
A partir de la entrada en vigor del reglamento, las grandes empresas estarán obligadas a informar sobre el número de productos de consumo no vendidos desechados al año, así como las razones que justifican esta destrucción. En un futuro, se prohibirá la destrucción de ropa, accesorios de vestir y calzado no vendidos, y esta restricción podría ampliarse a otras categorías de productos.
Los países de la UE contarán con un plazo de 18 meses para adaptarse a estas nuevas regulaciones. Este plazo permitirá a las empresas y a los gobiernos nacionales realizar los ajustes necesarios para garantizar el cumplimiento de las nuevas normas. La entrada en vigor de estas regulaciones marcará un hito clave en el camino hacia la sostenibilidad en la UE, ya que sentará las bases para un mercado más responsable y respetuoso con el medio ambiente.