Industria automotriz en Argentina, ¿sobrevaluada?
El gobierno de Argentina y la industria automotriz debaten sobre la elevada carga fiscal y subsidios millonarios que impactan en los precios de los vehículos en el país.

En Argentina ha surgido un intenso debate entre el gobierno y la industria automotriz -sobre todo la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC)- en torno a la percepción de que esta última se encuentra sobreevaluada y por ende, resulta gravosa para el bolsillo de los argentinos.
Este debate emerge en un contexto propicio, dado el enfoque reformista del gobierno. Una realidad innegable es que la industria automotriz argentina recibe subsidios millonarios, sustancialmente más elevados que los otorgados a la mayoría de los otros sectores económicos. Estos subsidios provienen, en su mayoría, de la política arancelaria, así como en menor medida, de la política industrial.
Un primer indicador del grado en que la política arancelaria beneficia a un sector determinado es la Tasa de Protección Efectiva (TPE), que considera tanto los aranceles de importación (35% como máximo para los automóviles, según las normas establecidas) como un promedio que las terminales abonan por los insumos intermedios.
Diversos estudios, uno publicado por la Secretaría de Comercio en 2019 y otro por la Oficina de Presupuesto del Congreso en 2024, han estimado tanto la TPE como la Tasa de Apreciación Efectiva (TAE), y concluyen que la industria automotriz es la segunda más protegida del país, superada únicamente por la industria electrónica.
De manera reveladora, la industria automotriz presenta la segunda TAE más elevada, alcanzando 187%, superada únicamente por la industria electrónica, según el mismo estudio elaborado por la Oficina de Presupuesto del Congreso, de acuerdo con una publicación de infobae.com.
Es importante señalar que la diferencia entre la TPE y la TAE correspondiente a la industria automotriz es de apenas 10%, lo que implica que casi todo el subsidio a esta industria proviene de la política arancelaria. Esto significa que son los consumidores quienes a través de precios exorbitantes, están financiando indirectamente a las terminales automotrices.
El ejemplo de Australia
A modo de comparación, en países como Australia, se ha optado por mantener los precios de los vehículos al alcance de los consumidores, mientras que el subsidio necesario para la operación de la industria automotriz provino en gran medida de la Tesorería, lo cual representa una forma más transparente de subsidio.
Sin embargo, Australia decidió cerrar su industria automotriz debido a la ineficiencia y altos costos que implicaba, permitiendo a sus ciudadanos importar libremente vehículos pagando un arancel máximo del 5%. No obstante, en Argentina, los consumidores continúan financiando a las terminales a través de precios elevados.