Noruega adopta movilidad eléctrica gracias a incentivos
Noruega ha adoptado la movilidad eléctrica gracias a incentivos económicos y políticas públicas, lo que serviría de modelo para México en infraestructura y regulación.

La evolución del mercado de vehículos eléctricos (EV) en Noruega ha sido notable, impulsada por una combinación de políticas gubernamentales y una fuerte infraestructura de carga, lo que ha permitido una transición exitosa hacia la movilidad eléctrica.
Un factor clave en el éxito de Noruega en la adopción de vehículos eléctricos ha sido el enfoque proactivo del gobierno. Desde la década de 1990, se implementaron incentivos fiscales y subsidios para la compra de autos eléctricos, al tiempo que se gravó de manera significativa a los vehículos de combustión interna, logrando equiparar sus precios con los de los EVs.
Como resultado de estas medidas, se ha experimentado una adopción masiva de la movilidad eléctrica, con 90% de los autos nuevos vendidos en la actualidad siendo eléctricos, y un notable 40% de los vehículos en circulación en ciudades como Oslo.
Infraestructura de carga eficiente
Otro aspecto fundamental en la transición hacia la movilidad eléctrica en Noruega ha sido la inversión en infraestructura de carga.
Desde 2015, se establecieron estaciones de carga rápida cada 50 kilómetros, y para 2017, la red básica de carga estaba completa.
Este avance fue potenciado por la inversión privada, resultando en la instalación de aproximadamente 9,500 cargadores rápidos en el país, facilitando así el acceso a una red de carga confiable y robusta para los propietarios de EVs.
Producción de energía renovable
La matriz energética de Noruega también ha sido un aliado en la transición a la movilidad eléctrica. Con 98% de su electricidad proveniente de fuentes renovables, principalmente hidroeléctricas, el país ha logrado minimizar el impacto ambiental de la adopción masiva de vehículos eléctricos.
En este sentido, se estima que si todos los autos de pasajeros en Noruega fueran eléctricos, representarían apenas 5% de la producción total de energía.
La experiencia noruega ofrece valiosas lecciones para México en su camino hacia la movilidad eléctrica. Para lograr una transición exitosa, es crucial reducir la brecha de precios entre EVs y autos de combustión, así como mejorar la infraestructura de carga para brindar acceso y confianza a los usuarios.
Asimismo, establecer regulaciones claras que fomenten la producción y adopción de vehículos eléctricos será fundamental para impulsar este mercado en el país.
Además, aprovechar la producción local de EVs para la exportación, especialmente hacia el mercado europeo, podría ser una estrategia clave para México.
A pesar de contar con capacidad de producción, la mayor parte de los vehículos eléctricos fabricados en el norte del país, como el Mustang Mach-e y modelos deGM, se destina a la exportación, limitando su disponibilidad en el mercado interno.
Impulsar la producción local de EVs no solo beneficiaría la economía nacional, sino que también contribuiría a la diversificación y sostenibilidad del sector automotriz en México.