Trump reafirma postura contra los vehículos eléctricos

Al negar incentivos fiscales para los vehículos eléctricos, el presidente de Estados Unidos afecta la competitividad del sector; los fabricantes reevalúan estrategias.

El presidente Donald Trump firmó una serie de medidas que eliminan los incentivos fiscales para compradores de vehículos eléctricos (VE) y suspender las subvenciones federales para instalar estaciones de recarga en el país.


Además, el empresario que va por su segundo mandato en la Casa Blanca, reiteró su compromiso de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, con la firme intención de regresar a un primer plano los motores a combustión.


Trump afirmó al asumir como presidente este lunes, que tiene el proósito de terminar con el Green New Deal, una iniciativa que incluye las ayudas promovidas por el expresidente Joe Biden para estimular las ventas de vehículos eléctricos.


Estas nuevas políticas han generado un impacto significativo en la industria automotriz, ya que los fabricantes estadounidenses habían implementado recortes de personal y cierres de plantas para fortalecer su posición financiera frente a la transición hacia los vehículos eléctricos.


Las ventas de EV en Estados Unidos en 2024 representaron 8% del total de vehículos de pasajeros vendidos. La eliminación de incentivos fiscales impactaría en el sector, pero algunos fabricantes encontrarían ventajas en rentabilidad a corto plazo.


Una nueva visión para el futuro

La nueva política incluye la eliminación de la meta para que 50% de los vehículos vendidos en el país fueran eléctricos en 2030, así como congelar fondos del programa de infraestructura de carga de veículos eléctricos y afectar incentivos financieros establecidos por el Inflation Reduction Act.


Algunos fabricantes tradicionales habían comenzado a replantear sus estrategias antes de los cambios de políticas anunciados por Trump debido a la lenta adopción de vehículos eléctricos. Ford, por ejemplo, redujo su inversión en este sector tras pérdidas en su división EV.


Con la desaparición de subsidios, Tesla –que apoyó la norma- ganaría terreno frente a los fabricantes tradicionales, mientras los críticos ven las políticas como un retroceso en la transición hacia los EV, afectando la competitividad de los fabricantes de EU a largo plazo, además de generar un potencial rezago en la adopción de tecnologías más limpias y sostenibles.

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