Baja de aranceles textiles divide a industria y gobierno en Argentina
El gobierno de Argentina redujo aranceles a importaciones textiles, lo que genera un conflicto con los industriales que temen la pérdida de empleos y de competitividad.

La tensión entre el gobierno argentino y los industriales del sector textil-indumentaria se intensifica tras la decisión oficial de reducir aranceles a las importaciones. Esta medida ha generado un clima de incertidume y preocupación en el sector, que advierte sobre un posible impacto negativo en la producción local y el empleo.
Los nuevos aranceles de 12 al 20%, representan una disminución significativa respecto a los anteriores, situándose en niveles similares a los de 2007. Si bien el gobierno argumenta que esta medida busca garantizar la competitividad de los precios para el consumidor final, los industriales cuestionan su viabilidad en la cadena productiva nacional.
La Federación Argentina de Industria y Afines (FAIIA) y la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) han expresado un rechazo a la reducción de aranceles, pues destruiría miles de empleos y empresas en el sector, debido a la competencia desleal que enfrentarán los productos nacionales ante la llegada masiva de importaciones a precios más bajos.
Los industriales también critican la falta de políticas concretas por parte del gobierno para atender las demandas del sector, como la reducción de impuestos, cargas sociales y costos financieros. En este sentido, acusan al gobierno de llevar a cabo un "industricidio", es decir, una política que atenta contra la producción nacional.
La Unión Industrial Argentina (UIA) ha advertido sobre el impacto negativo que la reducción de aranceles generaría en la actividad económica y el empleo del país, recordando que en el último año, el sector industrial ha perdido más de 30,000 empleos, con un saldo cercano a los 10,000 en la cadena textil-indumentaria.
Además, los industriales argumentan que los precios de los productos textiles y de indumentaria no son excesivos y que las cifras oficiales respaldan esta postura. Según datos oficiales, el rubro Prendas de vestir y Calzados registró en 2024 un aumento de 84.5%, mientras que la inflación general alcanzó 117.8%.
En enero, este rubro incluso marcó una deflación del 0.7% debido a las liquidaciones de temporada y a una caída en el consumo. Estas cifras contrastan con las percepciones de los consumidores, quienes suelen percibir que los precios son elevados. Los analistas coinciden que sí es así en algunos canales, pero que hay opciones para todos.
Economistas han estimado que la baja de aranceles reduciría 3.6% los precios de la ropa, una disminución de 0.2% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Sin embargo, esta merma sería más significativa en los productos importados (11.1%), mientras que en los nacionales reemplazados por bienes importados alcanzaría 2.7%. En cambio, sería menor para los productos nacionales debido a una mayor competencia (1% y 1.2%).