Islandia innova en producción alimentaria sostenible
En Islandia, Vaxa Technologies cultiva microalgas utilizando energía geotérmica, representando un modelo sostenible y de bajo impacto ambiental en la producción alimentaria.

A unos 35 minutos de la capital de Islandia, Reikiavik, una granja totalmente automatizada y supervisada por sistemas de Inteligencia Artificial (IA), incluyendo la implementación de un sol artificial, ha puesto en marcha una innovadora forma de producción alimentaria sostenible.
Se trata de Vaxa Technologies, una empresa local que ha desarrollado una planta que combina energía geotérmica y sistemas de IA para el cultivo de microalgas, un superalimento reconocido a nivel mundial y que podría ser una respuesta clave a los desafíos alimentarios globales en el futuro.
La planta se ubica estratégicamente junto a la central geotérmica más grande de Islandia, aprovechando la energía limpia indispensable para impulsar la producción de algas; pero no solo depende de electricidad renovable, también se beneficia de los recursos naturales cercanos a esta fuente de energía.
Las microalgas son cultivadas utilizando sistemas de producción que imitan las condiciones naturales en un entorno completamente controlado; y aunque Nannochloropsis y la Arthospira (espirulina) han tenido un menor consumo, cada vez son más valoradas en la dieta humana.
Microalgas, superalimento para el mundo
Con una composición rica en proteínas, ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales, las microalgas están ganando atención como una alternativa sostenible para la seguridad alimentaria global. Vaxa Technologies tiene como objetivo posicionar a estas microalgas como un alimento clave para el futuro.
Para lograrlo, utilizan fotobiorreactores, estructuras modulares diseñadas para simular las condiciones óptimas para el crecimiento de las microalgas. En lugar de depender de la luz solar, emplean luces LED rojas y azules de alta intensidad que proporcionan la longitud de onda específica necesaria para la fotosíntesis eficiente de las microalgas.
En el proceso de cultivo en la planta, los sistemas de IA ajustan las condiciones ambientales para optimizar la producción. Gracias a este sistema, la planta puede producir hasta 150 toneladas métricas de microalgas al año de forma constante, mediante un proceso de recolección diaria que repone rápidamente los cultivos.
Esta integración de tecnología avanzada permite un monitoreo constante de la calidad y condiciones de cultivo, lo que da un producto de alto valor nutricional. Otro aspecto destacado de la planta es su huella de carbono. Gracias a la proximidad con la central geotérmica, la producción se realiza utilizando energía limpia, agua caliente para calefacción y agua fría para el cultivo.
Asimismo, las emisiones de dióxido de carbono de la central se canalizan directamente a los cultivos de algas, permitiendo que estas absorban el gas para convertirlo en biomasa. Según expertos, esta combinación de factores resulta en una huella de carbono “ligeramente negativa”.