Inmuebles logísticos: la inversión segura que gana protagonismo

La inversión inmobiliaria en naves logísticas gana protagonismo debido a la demanda impulsada por el comercio electrónico y la necesidad de optimizar cadenas de suministro.

En un panorama económico caracterizado por la incertidumbre, donde los mercados tradicionales exhiben una volatilidad creciente, un tipo de activo inmobiliario se alza como un faro de estabilidad y rentabilidad: las naves logísticas. Impulsadas por el crecimiento sostenido del comercio electrónico, la necesidad de optimizar las cadenas de suministro y la transformación del consumo, estas edificaciones atraen cada vez más la atención de los inversores que buscan diversificar su patrimonio sin asumir riesgos excesivos.


A diferencia de otras alternativas del mercado inmobiliario, como el residencial o las oficinas, los activos logísticos presentan un equilibrio muy atractivo entre rentabilidad, estabilidad y demanda a largo plazo. Y eso, en un momento donde la cautela guía las decisiones financieras, los convierte en una opción que gana protagonismo día a día.


La pandemia aceleró muchas transformaciones que ya estaban en marcha. El comercio online, que venía creciendo de forma sostenida, vivió un salto sin precedentes. Con él, la demanda de espacios logísticos modernos, bien ubicados y con capacidades adaptadas a nuevas necesidades operativas, se disparó. Pero este no ha sido un fenómeno pasajero, pues la digitalización del consumo y la presión por acortar los tiempos de entrega han generado una necesidad estructural de infraestructuras logísticas.


Frente a esta realidad, muchos inversores, tanto institucionales como particulares con visión a medio y largo plazo, han comenzado a mirar hacia este tipo de activos. ¿Qué encuentran en ellos? Estabilidad, contratos a largo plazo, rentabilidades atractivas y una ocupación que, en determinadas zonas, roza el pleno.


Tres ventajas de los inmuebles logísticos frente a otros activos inmobiliarios

  • Estabilidad de ingresos por alquiler: los contratos que se firman con operadores logísticos o grandes empresas suelen ser de larga duración, entre cinco y 15 años, lo que garantiza una previsibilidad en los ingresos para el propietario.
  • Tipos de contratos: lo habitual es trabajar con contratos triple neto, lo que significa que el arrendatario asume los costos de mantenimiento, seguros y otros gastos asociados al uso del inmueble. Esto reduce significativamente los riesgos y la carga operativa para el propietario.
  • Factores que elevan el valor del inmueble: más allá de la ubicación, hay características técnicas que pueden marcar la diferencia. Por ejemplo, una altura libre superior (que permite mayor capacidad de almacenamiento en vertical), muelles de carga funcionales, certificaciones energéticas como BREEAM o LEED, y buenos accesos a vías rápidas son elementos que hacen más competitivo al activo y elevan su rentabilidad futura.


Invertir en activos logísticos: una opción estratégica

Para quien se plantea incorporar este tipo de activos a su cartera, hay algunos aspectos prácticos que conviene tener en cuenta. La rentabilidad media actual en la inversión en inmuebles logísticos oscila entre 5% y 7%, dependiendo de la ubicación, el estado del activo y la calidad del inquilino. Además, el mercado está empezando a premiar a aquellos inmuebles que incorporan eficiencia energética y sostenibilidad, tanto por la presión regulatoria como por la demanda creciente de operadores comprometidos con políticas ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).


En este contexto, invertir en activos logísticos no solo permite diversificar el patrimonio, sino también posicionarse en un sector con fuerte respaldo estructural, alta demanda y condiciones favorables para el largo plazo. La clave, como siempre, está en elegir bien: ubicación estratégica, calidad del inquilino y características técnicas del inmueble. Con estos elementos, la logística deja de ser una promesa y se convierte en una realidad rentable, especialmente en un mundo donde la eficiencia en la cadena de suministro es cada vez más crucial.


Además de las ventajas mencionadas anteriormente, existen otros factores a considerar al invertir en activos logísticos. La demanda por espacios industriales y de distribución continúa en aumento, impulsada por el crecimiento del comercio electrónico y la necesidad de optimizar las cadenas de suministro. También es importante tener en cuenta que los inmuebles logísticos suelen estar ubicados en zonas estratégicas, cerca de vías de transporte principales, lo que facilita la distribución de mercancías.


Sin embargo, es importante realizar una investigación exhaustiva antes de tomar cualquier decisión de inversión, teniendo en cuenta los factores mencionados anteriormente. Al elegir estratégicamente la ubicación, el tipo de inmueble y el inquilino, se puede maximizar el potencial de retorno de la inversión en este sector dinámico y en constante crecimiento. La logística juega un papel fundamental en el éxito de las empresas, lo que convierte a los activos logísticos en una inversión segura y con gran potencial para el futuro.

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