¿Adiós a la gloria de la manufactura estadounidense?
A principios del siglo XX, Estados Unidos lideró la manufactura con producción en masa, pero hoy se cuestiona si los aranceles actuales lograrán revertir la decadencia del sector.

El presidente Donald Trump sostiene que su política arancelaria busca revitalizar la manufactura en Estados Unidos, regresando a su posición como potencia industrial. Sin embargo, economistas expresan escepticismo sobre la efectividad de los aranceles y advierten que los daños superarían cualquier beneficio potencial.
A principios del siglo XX, Estados Unidos lideró la innovación con el uso de piezas intercambiables y factores de organización para la producción en masa, consolidándose como un referente en la industria manufacturera. Actualmente, se debate sobre la viabilidad de recuperar este estatus y si las medidas arancelarias serán efectivas para lograr una verdadera recuperación del sector.
Las preocupaciones sobre un posible daño que supere los beneficios por parte de las políticas arancelarias, junto con la complejidad de revertir la tendencia del declive manufacturero, plantean interrogantes sobre el futuro de la industria en Estados Unidos.
Basta mencionar que la Asociación Nacional de Manufactureros (NAM, por sus siglas en inglés) advierte que el sector cerró 2024 con medio millón de vacantes sin cubrir. Para 2033, el déficit puede superar los 1.9 millones de puestos. En el sector, además de trabjadores estadounidenses, participan extranjeros.
Además, el déficit de personal persiste, a pesar del avance en robotización. Según la medición de la Federación Internacional de Robótica, Estados Unidos ocupa el décimo lugar entre los países con mayor automatización en la industria manufacturera, y sigue sumando inversiones para nuevas plantas.