Aranceles, ¿oportunidad para la manufactura latinoamericana?
Las nuevas tarifas de Estados Unidos obligan a las fábricas latinoamericanas a reevaluar sus procesos, logística y estrategias de suministro para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades emergentes en el comercio global.

Las nuevas tarifas comerciales impuestas por Estados Unidos están generando un profundo cambio en el panorama industrial de Latinoamérica. Luego de años de depender de la producción en Estados Unidos, el arancel de 10% y la posibilidad de tarifas adicionales están obligando a las empresas a reevaluar sus procesos, logística y estrategias de suministro.
Este nuevo escenario presenta desafíos significativos para la industria de manufactura en la región, con impactos que varían según el país y el sector. El régimen arancelario estadounidense ahora aplica un arancel base de 10% a casi todas las importaciones, con tasas específicas adicionales para determinados países, temporalmente suspendidas por 90 días.
Este escenario crea riesgos para la manufactura latinoamericana, afectando de manera diferenciada a cada país y sector. Por ejemplo, empresas colombianas medianas que exportan componentes —antes libres de aranceles gracias al Acuerdo de Promoción Comercial— ahora enfrentan un costo adicional de 10%, lo que reduce sus márgenes de beneficio e impacta en sus decisiones de inversión.
México enfrenta un entorno complejo, ya que el sector automotriz, que representa cerca de 25% de sus exportaciones a Estados Unidos, mantiene el acceso preferencial bajo el TMEC solo si cumple estrictamente con las reglas de origen. En caso contrario, sufrirá una caída en sus exportaciones entre 8 y el 12%.
Brasil, aunque menos dependiente del mercado estadounidense, enfrenta problemas en acero y aluminio, que se ven afectados por un arancel del 25%, lo que reduciría sus exportaciones en hasta 1.6 millones de toneladas al año.
Colombia envía 30% de sus exportaciones a Estados Unidos, lo que debilita sus ventajas en sectores manufactureros.
Sin embargo, mantiene una tasa arancelaria efectiva del 5.5% gracias a importantes exenciones. Esta situación exige una profunda adaptación por parte de las empresas latinoamericanas para enfrentar los nuevos desafíos comerciales.
Oportunidades estratégicas en un nuevo contexto
A pesar de los desafíos, el nuevo contexto también abre oportunidades ocultas para fabricantes latinoamericanos con capacidad de adaptación. Brasil puede ganar participación en el mercado estadounidense en los sectores de confecciones (+14%), cuero (+11%) y electrónicos (+5%), aprovechando los mayores aranceles a competidores asiáticos.
México, por su parte, se consolida como centro estratégico para industrias que requieren cercanía al mercado estadounidense, especialmente en electrónica avanzada, impulsando el nearshoring. Las empresas que dominen las reglas de origen y la documentación adecuada pueden convertir los requisitos del T-MEC en una ventaja competitiva.
La clave reside en adoptar una visión estratégica más allá de respuestas tácticas, identificando vulnerabilidades, gestionando riesgos y adaptándose a los cambios del mercado global. Para enfrentar esta nueva realidad arancelaria, los líderes del sector deben adoptar una visión estratégica que incluya identificar las vulnerabilidades mediante análisis tecnológicos que permitan mapear proveedores.
Asimismo, evaluar riesgos geopolíticos y generar alertas en tiempo real. La clasificación arancelaria precisa y la correcta documentación de origen son claves para convertir el cumplimiento en una ventaja operativa, exigiendo rigor y anticipación.
El uso de instrumentos como seguros de crédito comercial, coberturas ante interrupciones de negocio o protecciones frente a riesgos políticos ayuda a blindar las operaciones ante escenarios volátiles. Finalmente, la evolución del modelo operativo es crucial, con empresas resilientes relocalizando regionalmente, automatizando procesos y utilizando inteligencia predictiva para mitigar futuras disrupciones.