Avances en mamografías: tecnología 3D e Inteligencia Artificial

La tomosíntesis y la IA mejoran la detección precoz del cáncer de mama y aumentan la tasa de supervivencia.

La detección temprana del cáncer de mama es una tarea crucial que ha sido mejorada notablemente gracias a los avances tecnológicos en mamografías, por ejemplo, con diagnosticos oportunos y énfasis en la implementación de imágenes en 3D e Inteligencia Artificial (IA).



Avances tecnológicos en mamografías

La mamografía ha sido durante mucho tiempo una herramienta fundamental para la detección del cáncer de mama. Sin embargo, los métodos tradicionales han sido superados por nuevas tecnologías que ofrecen una mayor precisión y efectividad en el diagnóstico.


Una de estas innovaciones es la mamografía en 3D, o tomosíntesis, que permite obtener imágenes tridimensionales, lo que facilita la identificación de lesiones que podrían pasar desapercibidas en las mamografías convencionales.


Esta técnica ha demostrado ser especialmente beneficiosa para las mujeres con mamas densas, ya que mejora significativamente la visibilidad de las estructuras mamarias y, por ende, la detección de posibles tumoraciones.


Otro avance significativo es la integración de la IA en el proceso de interpretación de mamografías, que permite analizar las imágenes de manera más rápida y precisa, identificando patrones que podrían ser difíciles de discernir para un radiólogo humano.


Esta tecnología no solo agiliza el proceso de diagnóstico, sino que también reduce la posibilidad de errores humanos, aumentando así la confiabilidad de los resultados. La combinación de mamografías en 3D con análisis asistidos por IA representa un gran salto adelante en la precisión de la detección del cáncer de mama.



Recomendaciones de expertos

Ante estos avances, los expertos recomiendan una revisión de las pautas actuales sobre la frecuencia y el tipo de estudios de detección del cáncer de mama. La Sociedad Americana contra el Cáncer sugiere iniciar las mamografías a los 35 años de edad y realizarlas anualmente a partir de los 40.


La captura temprana de cualquier anomalía en las mamas es fundamental para aumentar las posibilidades de un tratamiento exitoso y, en última instancia, salvar vidas. No obstante, uno de los desafíos más importantes es garantizar el acceso a estas herramientas de vanguardia para todas las mujeres, independientemente de su nivel socioeconómico.

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