El costo hídrico de la Inteligencia Artificial

El consumo de agua por parte de la Inteligencia Artificial, debido a los Data Centers y su refrigeración, impacta tanto al mediombiente que es necesario reconsiderar su uso.

El auge de la Inteligencia Artificial (IA) ha cautivado al mundo con sus capacidades para generar contenido creativo, como las fotos al estilo de Studio Ghibli, pero esta fascinación obliga a reflexionar sobre el impacto ambiental de esta tecnología, sobre todo en la huella hídrica que genera y sigue siendo ampliamente ignorada.


Considerando que el agua es esencial para la vida en la Tierra y un recurso limitado, es crucial entender cómo la IA consume este líquido vital y qué medidas se pueden tomar para mitigar su impacto. La IA funciona analizando grandes volúmenes de datos, los cuales se procesan y almacenan en enormes servidores que operan continuamente.


Estos Data Centers requieren una cantidad considerable de electricidad, y para evitar el sobrecalentamiento de los equipos, se utilizan sistemas de refrigeración que emplean agua como materia prima. Aunque parte del agua utilizada en la refrigeración se reutiliza, una porción inevitablemente se evapora al ambiente.


Además, los Data Centers dependen de electricidad proveniente de centrales termoeléctricas o hidroeléctricas, que requieren grandes cantidades de agua en su proceso de generación. Y la producción de microchips y otros componentes necesarios para la tecnología IA demanda una cantidad significativa de agua, entre 8 y 10 litros por unidad.


Determinar con exactitud el consumo de agua por parte de la IA es complejo debido a la variabilidad en los métodos de estudio y la falta de transparencia en las prácticas de las empresas tecnológicas. Sin embargo, estimaciones sugieren que la huella hídrica de la IA puede ser considerable.


Google, Meta y Microsoft han anunciado compromisos para mitigar su impacto ambiental y reponer el agua consumida para 2030 a través de proyectos ecológicos. Estas iniciativas representan un paso importante en la dirección correcta, pero aún queda mucho por hacer para garantizar una sostenibilidad real.


La próxima vez que disfrutes de una foto estilo Ghibli generada por IA o interactúes con asistentes virtuales, debes considerar el consumo de agua asociado a estas actividades. Adoptar un enfoque más consciente en el uso de la IA puede contribuir a proteger este recurso vital para todos.

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